“Eso es para los profesionales” “A mi nivel no me sirve para nada, yo solo quiero salir a dar pedales”
A menudo, la mayoría de los ciclistas creen que la psicología deportiva es algo que solamente sirve para los deportistas de élite, y que se necesita mucho tiempo y medios para poder aplicarla y obtener resultados.
Y nada más lejos de la realidad.
Como ya comentamos en uno de los primeros artículos de la página (http://www.psicologiamtb.com/%C2%BFpsicologia-del-deporte-en-mountain-bike/) el trabajo psicológico en el deporte, no se centra solamente en el deporte de élite, aunque es uno de los campos en los que más se trabaja. Independientemente del nivel al que practiquemos deporte, sea competitivo o no, la aplicación de la psicología deportiva puede ayudarnos. En muchos casos simplemente hay que saber cómo.
Y de ello vamos a tratar en este artículo, cómo la psicología también podemos aplicarla nosotros mismos, siendo unos humildes cicloturistas sin más objetivos que poder asistir a marchas, hacer rutas, salir con los compañeros de pedaladas, etc. Es decir, cumplir nuestros propios retos, sean cuales sean.
La realidad es que la mente es como Santa Bárbara, uno se acuerda de ella solamente cuando truena. En el deporte sucede algo muy similar. Cuando rendimos bien, nada nos distrae de nuestros objetivos, etc. ni nos acordamos de nuestra mente, de nuestros problemas, etc. Pero cuando las cosas empiezan a ir mal, no somos capaces de tener el rendimiento que esperamos, estamos lejos de nuestro plan, no encontramos ninguna motivación, etc. es cuando de golpe todos los problemas y preocupaciones aparecen a la vez. No es que no estuvieran antes ahí. Solamente estaban “enmascarados” y agazapados para salir en el momento adecuado.
Lo habitual es que un deportista de élite siga un trabajo específico en este aspecto, durante toda la temporada, reforzando los puntos débiles, afianzando los fuertes, haciendo previsión de futuros problemas que puedan ocurrir para estar saber cómo afrontarlos correctamente, etc. Y siempre con la supervisión profesional de un psicólogo deportivo.
Pero ¿Cómo puede hacerlo un cicloturista cuyos objetivos son otros bien diferentes a los de un profesional y cuenta con un tiempo y recursos muy limitados?
Pues tratando de optimizar el poco tiempo disponible que habitualmente se tiene y teniendo muy claro qué es lo que tenemos/queremos trabajar e integrándolo dentro de nuestra rutina de salidas.
La mayor parte de los cicloturistas son especialistas en sacar tiempo de donde no lo hay. Entrenamientos a primera hora de la mañana, a la hora de la comida o por la noche, horas de rodillo, etc. Madrugones los fines de semana para poder compatibilizar con la vida familiar y social. Tiempo muy justo e imposibilidad de poder hacer salidas muy largas, etc.
Entonces si ya de por si es escaso el tiempo que dedicamos a prepararnos, nuestra preparación mental pasa al 4º o 5º lugar si es que se le dedica algo, por detrás del entrenamiento físico, la nutrición, el cuidado del material, el gimnasio, etc. Hasta que aparecen las dificultades y es cuando muchas veces nos damos cuenta de que la mente es tanto o más importante que lo físico, y habitualmente una va de mano de la otra.
¿Cómo lo hago entonces?
Primero y aconsejable, es hacer una buena planificación de la temporada o ciclo que vayamos a realizar. En un artículo anterior explicábamos cómo hacerlo de una manera sencilla. (http://www.psicologiamtb.com/planificacion-de-objetivos-en-mountain-bike/).
Y antes de comenzar es cuando tenemos que preguntarnos ¿Necesito mejorar en el aspecto mental? ¿Vale la pena intentarlo? ¿Me comprometo a ello?
La experiencia de temporadas anteriores y el auto-conocimiento hará que sepamos con claridad qué debemos tratar de mejorar o controlar.
Las dificultades casi siempre van a ser en alguna de las variables psicológicas que hemos ido describiendo en diferentes artículos de la página, la autoconfianza, el estrés, la atención, la motivación y el nivel de activación. En una de ellas o una combinación de las mismas. En diferentes artículos de la página tenéis ejemplo de como trabajar cada una de estas variables.
Por ejemplo, queremos mejorar nuestra atención cuando vamos dentro de un grupo grande, ya que tendemos a ir en la cola y al primer acelerón nos quedamos y toca darnos un calentón para volver a engancharnos, con el desgaste que supone.
Una vez tenemos claro el objetivo, hay que encuadrarlo dentro de nuestra planificación. Trabajarlo en los entrenamientos, primero cuando salimos solos, luego con grupos pequeños, en grupos más grandes y finalmente en las marchas a las que asistamos. Ir aplicando las estrategias que sean necesarias poco a poco. Dominarlas antes de ponerlas en práctica en las situaciones donde generalmente tendemos a tener problemas. En el ejemplo anterior si tratamos solamente de “entrenarlo” en marchas multitudinarias, probablemente fracasaremos, mientras que si antes de ese momento lo hemos practicado en diversas y variadas situaciones la probabilidad de tener éxito será mucho mayor.
La clave va a ser siempre intentar hacerlo a la vez que entrenamos, ya que como hemos comentado anteriormente, el tiempo es escaso y por eso hay que optimizarlo y qué mejor modo que hacerlo que dando pedales. Ello no significa que no haya otras estrategias muy útiles y que serán las más adecuadas en determinadas dificultades como la imaginación, las técnicas de relajación, etc. que no podremos realizar a la vez que pedaleamos.
Por tanto, lo esencial es que forme parte de nuestras salidas, que no sea algo ajeno a ella, algo que no nos apetezca realizar porque nos va a quitar tiempo, del poco que ya tenemos. Nunca verlo como algo extraño, sino una parte más como pueden ser los estiramientos, o cuidar la alimentación o el gimnasio. Y poco a poco, algo que puede parecernos raro al empezar, será una cosa más, igual de importante que el resto, y que iremos sabiendo trabajar mejor, dependiendo de cuál sean las dificultades que encontremos.
Es más sencillo de lo que parece en un primer momento.
Por último y antes de acabar, comentar que a veces pueden surgir dificultades, ya que depende de muchos factores personales y situacionales, y determinados problemas, siempre será mejor que se intenten resolver asesorados por un profesional de la psicología del deporte. Pero en muchas cosas, mucho más sencillas, lo importante es querer mejorarlas, comprometerse a hacerlo y no cejar en el empeño al igual que hacemos cuando nos preparamos físicamente para una prueba que nos motiva.
Y como siempre quedo abierto a vuestras sugerencias, críticas, comentarios o cualquier otra cosa que os parezca importante.
“Cualquier esfuerzo resulta más ligero con el hábito.” (Tito Livio)