Music¿Quién no tiene una canción que al escucharla cambia su estado de ánimo? ¿Quién no se activa/tiene un subidón de energía cuando escucha una melodía que nos gusta? ¿O  por el contrario, se relaja al escuchar un tipo determinado de música?

La música nos acompaña es muchos momentos del día, y la usamos de un modo u otro para muchos fines. En este artículo voy a explicaros el modo de utilizarla para aspectos más concretos de nuestro deporte.

La musicoterapia, es una palabra que seguramente os suena, pero que pocas veces se conoce realmente. Se puede decir que hay dos tipos de musicoterapia, la pasiva y la activa. La primera de ellas se basa simplemente en “escuchar música” y a través de ellas, modificar o mantener distintos estados de ánimo. El segundo tipo, se basa en juegos, ejercicios, etc. a través del ritmo, tocar instrumentos musicales, etc. y se utiliza en muchos ámbitos desde clínicos, escolares, sociales, de discapacidad, etc.

Diversos estudios han demostrado que la música tiene una serie de efectos fisiológicos. Influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones estomacales, los niveles hormonales, los ritmos cardíacos pueden llegar a sincronizarse con los ritmos musicales y que puede alterar los ritmos eléctricos de nuestro cerebro. Igualmente produce efectos psicológicos como la disminución de la ansiedad, reduce el estrés, facilita la exploración de sentimientos, produce cambios positivos en el estado de ánimo y emocional, puede desarrollar sentido de control, aumenta la creatividad y la capacidad de resolver problemas…

Nosotros vamos a basarnos en la musicoterapia pasiva o receptiva (me gusta más este término), sobre todo por su sencillez y facilidad de auto-aplicación, pero no por ello menos poderosa en determinadas situaciones.

En principio, la música se puede diferenciar en cuatro tipos, según lo que pueden transmitir (tened en cuenta que ésto siempre es muy relativo y no igual para todo el mundo, que es parte a su vez de la grandeza que tiene), Alegre, triste, activadora o energizante y relajante.

La idea que quiero transmitir, es la de aprender a usar la música como “píldora” a utilizar en determinados momentos, ya que es un método sencillo, eficaz y sobre todo que nos prescribimos nosotros mismos, sin efectos secundarios y  que nos va a permitir tener nuestro “botiquín musical” propio que podemos utilizar en muchas situaciones y que puede ser muy beneficioso a un coste muy bajo. Además los ámbitos en los que podemos utilizarlo es muy amplio, desde competición, sea rally, descenso, carreras de resistencia o de varios días, pasando por marchas y salidas más o menos tranquilas, hasta rutas de varios días, donde los estados de ánimo pueden ser muy cambiantes.

Puede parecer en un principio, que solamente se puede utilizar en situaciones donde necesitamos activarnos, desactivarnos o relajarnos, pero también la podemos utilizar en otros momentos y situaciones, y puede servirnos de ayuda. Más adelante os explico cómo.

También voy a ir poniendo ejemplos de cada tipo de música. Y tened en cuenta que los gustos musicales son únicos en cada persona, y lo que voy a poner es parte de los míos propios, y a vosotros os puede producir el efecto contrario. Comentaros, que finalmente he puesto solamente vídeos de Youtube, ya que iba a poner las canciones en escucha directa, pero con algunos complementos del Mozilla se puede descargar la música y no es plan de ser perseguido por la Sgae.

Música para aumentar el nivel de activación.

Ya hablamos de esta variable psicológica en otro artículo y quien más y quien menos, ha usado la música alguna vez para activarse. Obras o canciones que es escucharlas y pasamos de 0 a 100 en cuanto suenan los primeros compases, notando ese “subidón” repentino que transforma nuestro estado de ánimo. No hay un tipo de música determinado que pueda producir este efecto, pero como podéis suponer, la música energizante y la alegre pueden provocar esta reacción, pero como no es algo matemático, la música triste o relajante puede también producir este efecto, ya que muchas veces, ciertas canciones las tenemos asociadas a momentos pasados y los recuerdos que provocan, son los activadores. Como es lógico cada uno tiene las suyas propias y no hay una música universal que sirva a todo el mundo.

La idea es utilizar esta música para subir ese nivel de activación cuando está muy bajo y no estamos preparados, ni física ni psicológicamente para afrontar lo que vamos a hacer. Puede parecer algo de perogrullo, pero mucha gente no sabe cómo solucionar un bajo nivel de activación solo con actividad mental, y usar la música puede ser un modo muy eficaz y a la vez es muy sencillo de aplicar. Hay muchas situaciones donde podemos emplear la música con este fin:

- En los momentos previos a una competición o marcha, para alcanzar nuestro nivel de activación óptimo.

- Antes de realizar un entrenamiento, con el mismo objetivo que el punto anterior.

- Cuando hacemos rodillo, para no perder el nivel de activación necesario y que la atención no se desvíe en exceso, sobre todo si el entrenamiento es muy monótono o toca realizar series duras (los que hacéis rodillo sabéis lo que cuesta en muchos momentos alcanzar las pulsaciones o los watios marcados).

Un ejemplo es  “The Final Bell” de la BSO de Rocky.

 

Otro ejemplo puede ser el tercer movimiento del Verano  de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi. En una versión de un violinista muy sui generis, pero excepcional.

Música para relajarse o disminuir el nivel de activación.

El objetivo es lograr el efecto contrario al que buscábamos en el punto anterior. La utilización de la música con esta finalidad es una de las más extendidas y se pueden encontrar muchos cds y recopilaciones con música y sonidos relajantes (desde música clásica, jazz o ambiental a sonidos del bosque, de lluvia o el océano, la variedad es infinita y para cada persona es diferente). Las situaciones en las que se puede usar son muchas, y realmente es muy efectiva si se utiliza correctamente.

- En los instantes anteriores a comenzar una carrera o marcha para reducir el nivel de activación si es muy alto, para tratar de ajustarlo a nuestro nivel óptimo. Casi todo el mundo sabe que la música ayuda a reducir el nivel de ansiedad, pero luego pocas veces lo hacemos cuando lo necesitamos. Como todo es probarlo, si sois de los que antes de comenzar una competición estais muy nerviosos, con mucha tensión y no sabeis cómo atajarlo, y cuando suena el disparo de salida estais agarrotados, con el corazón a mil por hora y casi con humo saliendo por las orejas, usar la música para bajar la ansiedad puede ser una solución muy útil y muy eficaz, que hará que salgamos con el nivel de activación adecuado y nuestro rendimiento sea el que queremos desde el principio, sin tener que esperar a que pasen los primeros kilómetros como ocurre muchas veces.

- También es un muy buen método, como ayuda, cuando tenemos que hacer algún tipo de ejercicio de relajación, pues puede facilitar que lleguemos a ese estado mucho más rápido y fácilmente.

- Del mismo modo, se puede usar mientras realizamos los ejercicios de estiramiento.

- También podríamos usarlo para ayudar a dormirnos, sobre todo los días previos a citas importantes en las que nos cuesta conciliar el sueño.

- Y por último para realizar los ejercicios de práctica en imaginación, puede ser muy útil para lograr el estado que necesitamos para hacerlo.

De este tipo de música hay una cantidad ingente y mucho donde elegir. Personalmente prefiero la música clásica.

Como ejemplo el “Laschia ch´io pianga” de Haendel de la BSO de la película “Farinelli”

http://www.youtube.com/watch?v=jJx5G89kGic&feature=related

Y un último ejemplo, el “Aria en Re” de Bach interpratados por Yo-Yo Ma y Bobby McFerrin.

)

Música como técnica.

Otra manera de usar la música, es recurrir a ella, cuando no podemos hacerlo materialmente, para que nos provoque el mismo efecto que si la escucharamos. Estoy seguro que cuando estais en un entrenamiento, una salida o una competición, la música aparece a menudo y a veces machaconamente. Se nos mete una canción en la cabeza y no podemos dejar de tararearla, silbarla o repetirla en nuestra mente. Esto, que muchas veces acaba siendo un fastidio, podemos intentar darle la vuelta y usarlo como estrategia en beneficio nuestro. Es decir, usar música energizante si es lo que necesitamos, o relajante si es lo que queremos en ese momento, pero con la particularidad de que no escuchamos pasivamente, sino que la reproducimos nosotros mismos.

Os pongo un ejemplo.
Vamos en mitad de una subida que se nos está haciendo pesada. Vamos bien físicamente, pero la cabeza empieza a decir que ya está bien de tanto sufrir. En ese momento, comenzamos a “cantar” en nuestra mente esa canción que sabemos que nos activa, y gracias a ello, conseguimos volver a centrarnos en dar pedales, ya que hemos sido capaces de desviar la atención sobre esos pensamientos negativos. Ya os expliqué otro tipo de técnicas para estos momentos, como la detención de pensamiento y las autoinstrucciones, pero también podemos recurrir a la música para desviar la atención y subir o bajar nuestro nivel de activación.
Un caso parecido sería el tratar de relajarnos en la parrilla de salida de una carrera (sobre todo si no dominamos las técnicas de relajación o no nos funcionan habitualmente en esa situación), reproduciendo “mentalmente” la música que nos relaja (el hecho de hacerlo mentalmente es porque os pueden mirar con muy mala cara si os poneis a cantar o silbar), ya que será muy complicado poder recurrir en esos instantes a escuchar la música en cualquier aparato.

Música para acompañar nuestro estado de ánimo.

Usar la música para este aspecto, es algo muy poco común, aunque muchas veces lo hacemos inconscientemente, pero como los puntos anteriores, podemos usarlo en nuestro beneficio en un momento determinado. Es simplemente escuchar música que esté acorde al estado de ánimo en el que nos encontramos en ese momento, para mantenerlo el máximo tiempo posible. Es bastante obvio que cuando uno está alegre, le apetece escuchar música del mismo tipo. Lo podemos utilizar para mantener ese mismo estado emocional, cuando vamos camino de una marcha o competición, y nuestra activación es la óptima y no necesitamos ni subirlo ni bajarlo, o cuando hemos acabado y nuestro resultado provoca que estemos contentos, para que lo sigamos manteniendo. Podréis pensar que es algo de perogrullo, pero la sintonía estado de ánimo-música puede provocar cambios fisiológicos beneficiosos, y es por ello por lo que es muy interesante el poder mantenerla, ayudando nosotros al escuchar música que la favorezca. Simplemente os animo a probarlo.

¿Y cuando nuestro estado de ánimo es triste? La mayoría seguro que contestariais, “pues ponte música alegre o energizante”. Y de hacerlo, no nos ayudaría mucho. Puede parecer extraño, pero es así, y seguro que muchos cuando estais tristes o melancólicos, preferís escuchar música de ese estilo. Es en realidad algo muy simple y parecido a lo que sucede con la música alegre. Si hay sintonía entre lo que sentimos y escuchamos, aunque parezca paradójico, va a hacernos sentir mejor poco a poco, ya que si sucede al contrario, escuchar música alegre cuando no se está así, puede provocarnos que vayamos a peor. Por eso, ante un mal resultado en una carrera, que hace sentirnos mal, no sería muy útil ponerse música alegre y festiva, sino, música un poco más íntima y triste, que estaría acorde con nuestros sentimientos en esos momentos, y que gradualmente nos servirá para sentirnos un poco mejor, y será en ese momento cuando se podrá empezar a oir música más alegre.

 

Para acabar, solamente os pido que lo probeis. Puede ser un recurso muy poderoso y es asequible a cualquiera y personalizado por y para uno mismo. A veces problemas que no sabemos cómo resolver o mitigar, pueden tener un remedio mucho más sencillo de lo que pensamos. Así que id preparando vuestro botiquín musical.

Espero que este artículo, un poco fuera de lo habitual, os haya parecido interesante, y sobre todo que os sirva para poder aplicarlo en diferentes situaciones, y espero vuestos comentarios, críticas, dudas, sugerencias, etc. sobre el mismo. También espero que una vez terminada la navidad, tardar menos en colgar los artículos en la página y tener un poco más de continuidad, y sobre todo que durante este año, la página pueda ser más interactiva, contando con vuestra participación, como por ejemplo que me podais contar si las pautas de este artículo las habeis puesto en práctica o las de relajación o cualquier otra cosa publicada y comprobar si lo que
escribo os sirve.

Un saludo.

PD: Si alguien está interesado en más ejemplos de estos tipos de música, que me lo comente.

5 comentarios para “Música y deporte”

  • keila dice:

    gracias me ayudo mucho para mis tareas

  • Javier dice:

    enhorabuena por el sitio , me parece fantástico el articulo , he terminado escuchando música relacionada con estas , me ha parecido muy acertada tu selección y la comparto. Yo añadiría eye of the tiger , también de la B.S.O. de Rocky a las de aumentar el nivel de activación…

  • Serpal dice:

    Buen articulo Samu. Yo no concibo mi vida sin banda sonora. A poco que rebusqueis en mis crónicas en muchas de ellas aparece algún tema que se repite en la cabeza. Siempre tengo mis temas de cabecera para diversos tipos de estado de ánimo. Alucinarías con lo variopinto de mi directorio “de todo un poco” (aunque uno tenga la etiqueta de “el jevy”, jejeje)

  • Marcelo Trinidad dice:

    Excelente articulo. Justo ayer mientras pedaleaba me di cuenta que algunas canciones te activan y otras te distraen. Y hoy encuentro por casualidad este articulo. La musica es terapia siempre, y es bueno encontrar informacion escrita justo por alguien que vive el mtb. Felicitaciones por la pagina.
    Saludos desde Uruguay

  • Mayte dice:

    La música es una fuente inagotable de bien…de belleza, me ha encantado totalmente y además me gusta como lo vas explicando, la música, las sensaciones…sobre todo la forma de utilizarla más que como un medio de diversión, de sanación, de energizante, una “píldora” sencilla, bella y sin costo para el alam! Es uno de los mejores artículos que he leído entre música-deporte Samu.

    Beso-te.

    p.d. Feliz año y una mordida de roscón!

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