Todo el que monta en bicicleta, de un modo u otro, tiene un objetivo que le hace salir a dar pedales. Tu objetivo puede ser competir en el Open de España de Xc, acabar las maratones más duras o carreras de varios días, ser mejor descender, ganar a tus compañeros de salida o de club, hacer la Vía de la Plata o una travesía de varios días por el Pirineo, tener una salud mejor y sentirte en forma, o solamente luchar contigo mismo, aprender cada día de lo que haces y superarte en los retos personales que te marcas.

Hagas lo que hagas, es importante tener objetivos. Son fundamentales para mantener la motivación y encontrarla cuando creemos haberla perdido. Igualmente conseguir lo que nos proponemos ayuda a mejorar nuestra autoconfianza, y supone también que mejore nuestra percepción de autocontrol con lo que aprenderemos a manejar las dificultades cuando aparezcan como por ejemplo la ansiedad y seremos conscientes de nuestro propio progreso.

Como ya os he comentado, todos o casi todos tenemos uno o varios objetivos cuando montamos en bici, pero ¿tenemos claro cuál o cuáles son y lo que tenemos que hacer para lograrlos?

En este artículo voy a tratar de explicaros los tipos de objetivos que hay y en qué consisten, con el fin de que aprendáis a planificarlos ante cualquier reto o al principio de cada temporada. Aquellos que tienen entrenador o preparador físico, antes de comenzar cada temporada, planifican con él unos objetivos para llegar a ellos en el máximo estado de forma. Aquí, la idea es parecida, pero desde el punto de vista psicológico y no del entrenamiento físico, y como en el resto de artículos, aplicable a cualquier biker independientemente de la modalidad practicada.

Antes de comenzar a describiros los tipos de objetivos, hay que tener claro que a la hora de definirlos, éstos tienen que ser claros y específicos (no vale “hacerlo bien”, o “darlo todo” o “esforzarme al máximo” pero sí “hacer podium” o “ganar a mis colegas de salida”), realizables y realistas (no puede ponerse uno como objetivo por ejemplo ganar las olimpiadas, a menos que estés en la élite mundial del mountain bike) y que a la vez sean atractivos y supongan un reto que nos motive a poner en funcionamiento toda nuestra energía, y que valorando los pros y los contras de llevarlos a cabo, los primeros estén por encima de los segundos y estemos dispuestos a asumir los “sacrificios” a realizar.

En cuanto al aspecto cualitativo de los mismos, en primer lugar, tendríamos por un lado los objetivos de resultado y por otro los objetivos de realización.

Los objetivos de resultado, son aquellos que nos marcamos que implican un resultado deportivo, por ejemplo “ganar el campeonato provincial”, “hacer top-10 en el Open”, “bajar de 9 horas en los 10000 del Soplao”, “quedar por delante de todos los compañeros de mi equipo”, “llegar al mismo nivel que mis amigos en las salidas”….. Como podéis apreciar, son objetivos muy específicos. Si os paráis a pensar, es el tipo de objetivo que tiene la mayoría de los que montan en bici y se plantean un objetivo, sobre todo a largo plazo. Y diréis, “pues es obvio”, todo el mundo quiere hacerlo bien, quedar delante, llegar con buen tiempo o con un buen puesto, etc. Y la valoración que se hace cuando acaba la carrera con respecto a este tipo de objetivos se basa en si se ha conseguido o no. Si se ha conseguido, satisfacción plena, pero si no es así, es cuando pueden aparecer pensamientos negativos, problemas de autoconfianza, pérdida de motivación para seguir saliendo con la bici….¿Creéis que evaluar tu actuación basándose solamente en un resultado es lo más adecuado? Claro que no. El problema de basarse solamente en objetivos de resultado es que la evaluación del mismo no tiene en cuenta mil factores que suceden y que no puedes controlar. Puede haber una avería o pinchazo, una caída, mal tiempo, agua, lluvia o barro, o que simplemente los rivales sean mejores….múltiples factores como ya os he dicho que no podemos controlar, pero que no se tienen en cuenta cuando nos basamos en este tipo de objetivos.

Entonces ¿qué tipo de objetivos podemos marcarnos para que no suceda lo anterior? La respuesta es Objetivos de realización, ya que normalmente son los que nos van a llevar a conseguir los objetivos de resultado. Son cosas que podemos hacer que son objetivas como por ejemplo entrenar 4 veces por semana, hacer rutas de más de 5 horas, practicar bajadas y trialeras, entrenar la técnicas, estirar tras cada salida, aplicar en las salidas las técnicas psicológicas a poner en práctica en las marchas o competiciones….La referencia es uno mismo y no los demás. Además dependen de ti mismo, de que hagas lo que debes hacer, no como los de resultados que dependen de muchos factores externos y ajenos que no puedes controlar. Y sobre todo nos dan una evidencia de nuestro progreso y el camino a seguir para tener el control sobre nuestros resultados

Por lo tanto, es obvio que siempre vamos a tener uno o más objetivos de resultado a lo largo de una temporada, pero para conseguirlo debemos basarnos en los objetivos de realización que planifiquemos para ese fin. Y por supuesto, la valoración ha de hacerse en base a si hemos llevado a cabo o no los objetivos de realización planificados y no mucho o nada del resultado. Si hemos hecho lo que estaba en nuestra mano pero no hemos conseguido el resultado deseado, por cualquier factor ajeno, estaremos satisfechos igualmente.

Y ahora, una vez conocemos los objetivos anteriores, es cuando pasamos a ver el aspecto temporal de los mismos. En este caso, tendríamos tres tipos de objetivos, a largo plazo, intermedios y a corto plazo.

Casi todos a principio de temporada nos marcamos un gran objetivo, que suele ser a largo plazo, ya que lo hacemos habitualmente con antelación. Puede ser ir a los 101 km de Ronda, la Titan Desert, ir en verano al mismo ritmo que los compañeros que ahora no puedes seguir o hacer el Camino de Santiago.
Para llegar a conseguir ese objetivo a largo plazo, previamente tendremos que planificar un/os objetivo/s a corto plazo y otro/s a medio plazo o intermedios. La finalidad es ir poco a poco y con la intención de que si logramos realizar los objetivos a corto y medio plazo, lo más lógico es que seamos capaces de conseguir el objetivo a largo plazo.

Dentro de cada uno de los momentos temporales, tendríamos unos objetivos de resultado y otros de realización, con la ventaja de que podemos ir modificando cualquier objetivo si vemos que no somos capaces de conseguirlo o que podemos hacer mucho más de lo que estamos haciendo.

Lo mejor, es tener todos esos objetivos que vamos a tener plasmados en algún sitio que nos sirva para consultarlo cuando sea necesario. Las planificaciones “de cabeza” y de “yo me acuerdo de todo”, desde ya os digo que no funcionan nunca. Os dejo una tabla para que la completéis cada uno de vosotros con vuestros objetivos:

 

Objetivos de resultado Objetivos de realización
Objetivos a largo plazo
Objetivos a medio plazo
Objetivos a corto plazo

 

Y aquí termino, espero haber sido lo suficientemente claro y no haberos hecho mucho lío con tanto objetivo y que apliquéis esta técnica, que es una de las más efectivas y clarificadoras de las que se pueden usar.

Espero que os guste, que me comentéis que os parece y estaré encantado de responderos cualquier duda que os surja.

Un saludo a tod@s.

Un comentario para “Planificación de Objetivos en Mountain Bike”

  • PARDO dice:

    A ARMAR LA PLANILLA!…YO ERA UNO DE LOS PLANIFICADORES DE CABEZA…MUY BUENO Y CLARO TODO…A PONERLO EN PRACTICA.SALUDOS.-

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