“Mañana quiero empezar a salir con la bicicleta otra vez, pero me da una pereza tremenda con este tiempo tan malo y al final casi seguro que no saldré”, “Tengo que volver a montar de nuevo, que tengo que quemar todo el peso que he cogido, pero no tengo ninguna gana”, “No sé qué hacer este año y así no hay quien salga a dar pedales”.

Es probable que frases de este tipo las estéis diciendo vosotros mismos o las escuchéis muy a menudo a vuestros compañeros ciclistas. Esta época del año suele ser el pistoletazo de salida de la temporada ciclista para muchos practicantes de este deporte, aunque la mayoría de los que compiten llevan ya algunas semanas preparándose concienzudamente a pesar de las inclemencias del tiempo y las escasas horas de luz.

No siempre es fácil, para algunos deportistas, encontrar la energía suficiente para empezar a ponerse en movimiento. Puede ser debido a diferentes factores tanto externos como internos: El poco tiempo disponible, la poca luz natural por las tardes, la mala climatología que no acompaña y echa para atrás, los compañeros que no salen hasta más adelante, el saber que estamos en un estado de forma muy bajo, etc. pero habitualmente el principal es el no tener uno o varios objetivos claros,  y sobre todo adecuadamente escogidos y planificados. En el otro extremo, encontramos aquellos ciclistas que salen a entrenar a las 6 de la mañana o cuando llega la noche, o los que hacen sesiones interminables de rodillo a cualquier momento que tienen libre. La motivación de éstos, es a prueba de bombas, y no van a necesitar mucho para que sea alta y no dejarán de salir durante los meses invernales.

Si recordáis, la motivación es una de las variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, de la que ya hablamos en un artículo anterior, y que a su vez se divide en diferentes motivaciones, como la motivación básica y la cotidiana, y la motivación intrínseca y extrínseca.

Por lo tanto, debemos intentar elevar y buscar “las motivaciones” necesarias para empezar a trabajar con el fin de conseguir el objetivo que nos hayamos marcado previamente.

¿ Y qué podemos hacer para conseguirlo?

- Realizar una buena planificación de objetivos de la temporada.

Muchas veces nos decimos “Voy saliendo y ya encontraré algo que me motive” y por desgracia, a menudo al hacerlo así, simplemente supone que al final no salgamos o cuando lo hagamos, el efecto pueda ser el contrario (aunque no todo el mundo funciona igual y a mucha gente este método le funciona muy bien).

Ya hablamos en un artículo anterior sobre cómo realizar la planificación de objetivos.

El/los objetivo/s pueden ser muy diferentes dependiendo de lo que queramos. Lo más importante es tener claro qué queremos y qué tenemos que hacer para conseguirlo. Puede ser ir a alguna marcha concreta, competir en un determinado campeonato u open, quedar por delante de los compañeros en las salidas del club o en alguna marcha, una ruta de varios días,  perder peso o sentirse en forma y ágil, etc. Pero hay que tener algo establecido, algo que nos “obligue” a salir cuando no tengamos nada de ganas, a cuidar la alimentación, a estirar, etc.

Es muy importante tener algún objetivo relativamente cerca temporalmente hablando (a corto plazo), ya que a veces es muy difícil que la motivación sea alta desde el principio si lo que tratamos de alcanzar es dentro de varios meses, y cuando nos queremos dar cuenta, ya no tenemos tiempo suficiente para prepararnos en condiciones.

- La planificación de los entrenamientos.

Planificar lo que vamos a hacer en cada una de las salidas, habitualmente va a ser un detalle muy importante, ya que saber “qué nos toca” ese día, hará más sencillo cumplirlo, y por tanto salir aunque no haya ninguna gana, y por tanto, el refuerzo intrínseco que tendrá el haberlo hecho. Esto no solamente es importante si compites, ya que si por ejemplo lo haces por tener buena salud o perder peso, ya es un objetivo aunque no sea competitivo, y si adecuas las salidas a ese fin, será más fácil encontrar motivos para pedalear, en contrapartida a si sales solamente por “pasar un rato”.

Aquí es donde entra en juego la motivación cotidiana, la del día a día, la que muchas veces cuesta mantener estable durante un periodo prolongado de tiempo, y que es la que hará que podamos conseguir más adelante los objetivos marcados al iniciar nuestra andadura.

Podemos tener unos objetivos muy atractivos, ambiciosos y alcanzables, pero si no somos capaces de ir trabajando día a día, de ser persistentes, de cuidarnos, etc. difícilmente vamos a llegar a ellos. Casi todos nos planteamos cosas a largo plazo, como ir al Soplao, competir en el Open provincial, hacer el Camino del Cid o perder los kilos de más, etc. que en ese primer momento, vemos relativamente sencillo, pero luego es cuando se van complicando las cosas, con días que no nos apetece salir a pasar frío o mojarnos, días que para salir una hora solamente mejor no salimos, días donde es imposible siquiera hacer rodillo por la falta de tiempo, etc. La motivación cotidiana es por tanto esencial para ir superando esos días y no perder en ningún momento las ganas ni el interés por nuestro objetivo.

¿Cómo potenciar la motivación cotidiana?

Si eres de los que entrenan con planificación de un entrenador, es mucho más sencillo. Simplemente hay que remitirse a lo que nos hayan mandado realizar. La motivación en este caso, probablemente sea alta, ya que nadie recurre a un entrenador, para luego no hacer lo que éste nos indique

Pero si no es este nuestro caso, lo ideal es ir planificando al menos lo que vamos a realizar cada semana, siempre integrándolo en nuestros objetivos generales previamente establecidos. Hacerlo así, en primer lugar nos da la tranquilidad de saber lo que queremos y sobre todo, a cuadrar esas salidas en nuestros horarios que muchas veces dejan poco tiempo libre y que hay que aprovechar al máximo.

También es importante tener alternativas cuando por cualquier causa no podamos realizar el entrenamiento. Eso nos dará un plus de tranquilidad ante lo planificado, y en caso de que tengamos que optar por la alternativa, no sentirnos mal ni tener remordimientos por no haber podido hacer lo que teníamos previsto inicialmente (sea la causa el mal tiempo, o no haber podido salir por otras cuestiones como trabajo, familia, etc.). Por ejemplo, si para un día concreto tenemos dos horas y ese día por la razón que sea, no podemos hacerlo, hay que tener alternativas como sustituirlo por una sesión análoga en rodillo, correr a pie, una tabla de ejercicios de gimnasio o una sesión de estiramientos. Lo ideal es siempre hacer algo, sea lo que sea, más o menos completo, pero con el fin de no sentirnos “culpables” por no haber hecho nada. Y si algún día es totalmente imposible hacerlo, buscar otro día para compensarlo. La idea es no dejar nada al azar, para no lamentarnos después, y sobre todo, fortalecer nuestra auto-confianza y auto-control al poder resolver situaciones adversas.

- Buscar compañía.

Cuando habitualmente sales con más ciclistas, te das cuenta que muchos días si no fuera porque has quedado, no saldrías a dar pedales. Por tanto, una estrategia muy útil es tratar de salir con algún amigo o compañero de club, siempre que se pueda y si no es contraproducente para nuestro plan de entrenamiento ni entra en conflicto con lo que debemos realizar. De este modo, el día que nosotros no tengamos muchas ganas de salir, haber quedado, hará que finalmente lo hagamos, y el posterior refuerzo que va a suponer para nosotros, será positivo y muy importante. En otras palabras, nos va a suponer ser menos perezosos y eso es muchas veces lo importante es esta parte del año.

- Auto refuerzos por cumplir lo planificado.

Es obvio, que un adecuado refuerzo es imprescindible para seguir con nuestro plan, ya que sin él, lo más probable es que en algún momento desistamos.

Como ya dijimos sobre la motivación, una de las divisiones de la misma, es en intrínseca y extrínseca. El refuerzo que podamos darnos nosotros, estará relacionado sobre todo con la intrínseca, mientras que el que podamos recibir externo a nosotros, se relacionará con la extrínseca.

Por tanto, independientemente de los refuerzos externos que podamos recibir de la familia, compañeros, etc. en forma de halagos, felicitaciones, etc. por nuestro esfuerzo, lo más interesante va a ser lo que nos apliquemos a nosotros mismos. Y aquí hay que buscar y valorar qué y cómo nos vamos a premiarnos. Por una parte estará el refuerzo que vamos a obtener en forma de satisfacción, auto-valoración, orgullo, etc. por haber sido capaces de realizar lo propuesto y ver que vamos alcanzado nuestros objetivos, que servirá para seguir aumentando la motivación y la auto-confianza, y nos servirá para afrontar más adelante situaciones en las que no podamos hacer mucho de lo planificado o no nos veamos capaces de superar algo. Y por otra, puede ser de mucha utilidad el buscar algo material como premio, algo que nos “auto-administremos”, a ser posible, cosas sencillas, pero que realmente valoremos y merezca la pena haber “sufrido” por ellas. Por ejemplo, si durante una semana hemos hecho todo lo previsto, a pesar de las inclemencias del tiempo, de la falta de ganas y de mil obstáculos más, podemos premiarnos con una cena con comida y bebida que realmente nos apetezcan y quizás tengamos “prohibidas” (no somos profesionales para ser 100% estrictos con todo) o tras cada salida realmente complicada “regalarnos”  una cerveza o comernos una palmera de chocolote o cosas más simples como darse un baño de agua caliente durante media hora.  Y otro ejemplo, si hemos entrenado todo lo planificado durante un mes, pues nos auto-regalamos ese componente que queremos para nuestra bicicleta o nuestro vestuario (es importante que sean como ya os he dicho cosas pequeñas, aunque dependerá de cada uno).

Puede que para algunos, les parezca una tontería, pero hay muchas ocasiones, en que esas cosas pequeñas del día a día, son las que hacen superar los momentos complicados puntuales, que son los que se van a dar más a menudo durante toda una temporada. Es cuestión de probar y decidir.

Espero que el artículo sea de utilidad en estas fechas tan complicados para muchos ciclistas, y que sirva para que alguno empiece a buscar la motivación perdida al acabar de leerlo.

Como siempre os digo, para cualquier consulta, sugerencia, crítica o lo que sea, estoy a vuestra disposición, a través del correo electrónico.

Un saludo.


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